domingo, octubre 02, 2005

Astrología y energías de la Carta Natal

Al encarnar, todos nosotros recibimos una determinada energía cuyo mapa está expresado en lo que se conoce como Carta Natal. En ella se encuentran representados todos los aspectos de la vida del ser humano, desde el trabajo y nuestra relación con el dinero, por ej., hasta los vínculos, con otros humanos y con lo Superior. En el momento de nacer, el ser humano sólo puede aceptar una mínima parcela de la energía que recibe. La más básica es la que está simbolizada por la Luna, en astrología, íntimamente ligada a la madre de ese niño que nació. Así, nos identificamos con esa energía que aceptamos y decimos “Yo soy esto”, creyendo que el resto no forma parte nuestra. La colocamos afuera. A medida que crecemos vamos integrando de a poco estas energías pero unas nos cuestan más que otras, y de hecho, ése es el aprendizaje de la encarnación.
La astrología tradicional dice que el mapa astrológico es lo que le pasa a la persona y lo que la persona es, sin embargo, entiendo que esto no es así.
La carta natal es una radiografía de la estructura energética de una persona La psiquis y la personalidad de la persona reaccionan frente esta energía, rechazando partes de sí misma, defendiéndose del caudal energético del cual el individuo es portador. Es como si la persona se ubicara solamente en una porción de su carta natal; como si fragmentara la estructura energética y dijera "esto soy yo, y el resto de la carta natal no soy yo", "esto soy yo y esto es lo que me pasa". El individuo se identifica con esa parte, y a su alrededor construye una frontera, diciendo: “de la frontera para acá, soy yo; el resto no”. Esto desencadena que toda esa energía rechazada, se proyecte en todo el ambiente externo, sobre situaciones y personas. Nos pasan cosas y no comprendemos el por qué. En verdad, lo que “me pasa” es mi propia energía, y al ponerla afuera, responsabilizo de esto que me ocurre a otras personas, pero en realidad soy yo. Mientras no integre esas energías, todo lo significado por ellas surgirá como mi Destino, mas, como se ve, el Destino simplemente es lo que desconozco de mi mismo, como frecuentemente dice el conocido astrólogo E. Carutti.
Para una mayor claridad daremos un ejemplo: la energía del signo de Aries, posee aspectos que a ciertas personas les cuesta integrar, como ser la agresividad, la velocidad, la temeridad, y otras características propias de los pioneros. Si una persona no acepta esta energía, su destino será encontrarse frecuentemente con personas agresivas, impacientes, muy activas, que se detienen sólo delante de una pared de concreto. Todo el tiempo se encontrará con este tipo de personas o envuelta en situaciones que intervengan aspectos de esta energía descrita, y dirá que “no sé por qué, pero siempre me pasa lo mismo”.
Pero todos tenemos a Aries en nuestra carta, relacionado con algún aspecto de nuestra vida. Quien no acepte esta energía, su destino será que Aries venga desde el exterior, desde el otro lado de la frontera que trazó la conciencia.
En realidad la Astrología es una poderosa herramienta de transformación, es Alquimia interior pura, y habla poco, muy poco de nuestra parte externa. Es preciso dejar de mirar sólo lo externo, para pasar a estudiar el mundo interior que, por otra parte, es el que rige al mundo externo.
Los estudios astrológicos pueden abrirnos a una visión a través de la cual comprender mucho de lo que nos ocurre y así, concientemente, colaborar con la propia evolución y empezar a crear nuestro propio Destino.